El Periodo Clásico Mesoamericano
El Clásico mesoamericano (200-900 d.C.) la cronología varía en cada área
cultural, sin embargo, es una etapa en que las artes, y sobre todo el urbanismo
y la arquitectura, gozaron de gran esplendor. Asimismo, la prosperidad del
comercio, el poder y bienestar de las élites y el desarrollo del calendario, la
escritura y el conocimiento astronómico son rasgos importantes del Clásico
mesoamericano. Todo esto gracias a la eficiencia de las técnicas agrícolas, el crecimiento
demográfico, la mayor división del trabajo y especialización e incremento del
intercambio comercial.
El inicio del Clásico se manifiesta a partir del aumento y concentración
de la población, creciente división del trabajo, producción de bienes dedicados
al intercambio regional y desarrollo de redes comerciales, jerarquización
creciente de las aldeas y los centros regionales, profundización de las
diferencias de clase social, aparición de señoríos de linaje, complejidad en
los sistemas de numeración, calendario y escritura.
El Periodo Clásico mesoamericano se caracteriza por la consolidación de
la urbanización, durante la primera parte de esta época, la principal ciudad
estado será Teotihuacan en el altiplano central y las ciudades mayas del norte
de Yucatán. Aunque en este periodo la guerra era un factor importante, nunca alcanzó
la trascendencia que le impusieron las culturas del Posclásico. En contraste, la
religión ocupó un lugar importante en la estructura social como auxiliar del
poder político. Presumiblemente, el clero monopolizaba el conocimiento de la
astronomía, la matemática, la escritura y hasta el comercio y la política.
El comercio jugó un papel importante como elemento de cohesión entre los
mesoamericanos. Teotihuacan fue un centro articulador de la mayor parte de los
intercambios y era una ciudad cosmopolita para su época. Otro de los rasgos
principales fue el urbanismo, las ciudades eran cuidadosamente planificadas y
trazadas como centros administrativos y religiosos, así como complejos
productivos y nodos comerciales. El Clásico se caracteriza por un notable
florecimiento cultural.
Debido a la urbanización del periodo, se hizo posible el surgimiento de
la dicotomía campo/ciudad. Por lo cual una parte de la población se asentaba a
las afueras de las ciudades y se dedicaban a los trabajos del campo para
satisfacer las necesidades básicas de la gran urbe. Otras actividades económicas
de los teotihuacanos eran la producción artesanal y el comercio de larga
distancia. En ambos casos, existió una importante especialización y, debido a
la demanda, se hizo necesario modificar técnicas para producir masivamente.
Además de Teotihuacán en el valle central, durante el Clásico
mesoamericano se dio el florecimiento de otras culturas en todo Mesoamérica, en
Oaxaca se desarrolla en los valles centrales la ciudad de Monte Albán, ciudad construida
por pueblos zapotecos en un cerro que en su mayor apogeo tuvo población de 15 a
30 mil habitantes. La ciudad se hallaba subdividida en 15 grandes barrios, que
correspondían bien a un número igual de linajes o bien, a grupos incorporados
de actividades económicas.
Por otro lado, en toda la región maya se construyeron numerosos
asentamientos humanos y grandes centros ceremoniales y políticos, además de los
edificios claramente destinados al culto, y construcciones que servían para
actividades administrativas, sistemas de drenaje y aprovisionamiento de agua
potable. Numerosas casas habitación que muestran los distintos estratos
sociales, mercados, plazas y otras edificaciones, que revelan una estructura de
poder religioso y civil bien organizados. Sus principales centros ceremoniales
fueron Tikal, Piedras Negras, Comalcalco, Palenque, Yaxchilán, Bonampak, Tulum,
Edzná, Cobá, entre muchos más, pues en la zona maya se gestaron un sinfín de
ciudades estados que no lograron tener un poder unificado como lo hubo en el
altiplano central.
Los grandes estados mesoamericanos, incluidos Teotihuacan, Cholula,
Monte Albán, Tajín, Palenque, Tikal y Copán, perdieron su poderío durante el
periodo comprendido entre los años 600 a 900, sin que una sola causa sirva para
explicar el declive. Los centros políticos dependientes de aquellos estados
clásicos se erigieron en nuevas y poderosas unidades políticas regionales que
tuvieron una duración efímera. En forma sucesiva y con distintos ritmos, las
nuevas ciudades alcanzaron su auge y se colapsaron al incrementarse la
competencia comercial y agudizarse los conflictos armados. Los pobladores
formaron nuevos centros de poder, con marcada pluralidad étnica, en
emplazamientos estratégicos con urbanismo y arquitectura defensiva, como Tula,
en el actual estado de Hidalgo; Xochicalco, en Morelos; y Cacaxtla, en Puebla.
Teotihuacan, Montealban y Tikal. Algunos de los principales centros ceremoniales durante el periodo clásico mesoamericano
Para que aprendas más, mira y analiza el siguiente vídeo.
También puedes ver este video para que conozcas más sobre Teotihuacan.
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